Me estoy leyendo esta segunda parte de la trilogía de Kent Follet
y me ha venido que ni al pelo, porque la siembra de todo lo que he plantado,
debe hacerse al finalizar la ultima helada. Me he precipite, ya que quedaba el
ultimo temporal de este invierno particular que estamos viviendo. Que no será tan
mundial como el de este afamado autor, pero, coño, ya es hora de que llegue un
poco de calorcito primaveral… Más que nada para apoyar a mis pequeños
brotecillos.
En cualquier caso, a pesar de los fríos, mis plantas siguen
creciendo poquito a poquito. Las zanahorias, ya están asomando en toda la
superficie donde las planté. El año pasado me esmeré en hacer unas filas y me
salieron todas ordenaditas… Pero no dieron fruto. Esta vez, lo he hecho
siguiendo el más absoluto caos. Espero que brotando en libertad, me salga
alguna zanahoria digna.
Las cebollas están comenzando a asomar con bastante
fortaleza. Es la primera vez que las siembro, así que ya veremos que sale. He
seguido el mismo esquema que para las zanahorias… ninguno. Espero poder
enriquecer más de una ensalada con estas sabrosas cebollitas.
Los tomates también han comenzado a asomar. Se ve que en
esta maceta se me fue la mano, ya que se recomienda sembrar tres semillas por
macetilla… En fin, habrá que clarear y dejar el brote más robusto… pero eso será
otro día.
Nota mental: Pasa de la berenjenas, cabezón!!! Que no salen
o no lo haces bien… Qué cruz tengo con ellas… Por mucho mimo que ponga en ellas…
No hay tutía… no sale nada. Aunque todavía no me rindo y esperare paciente
haber si brota algo…
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