Hasta ahora os tenía una de mis criaturas escondida… El
limonero. El pobre ha pasado un duro invierno. Le ha tocado vivir la mudanza de
piso y de estar en un balcón resguardado con un medio techo y un murete a media
altura, paso, sin comerlo ni beberlo, a estar expuesto al 100% en lo más crudo
del invierno de nuestra ciudad.
Muchos días de viento acabo rodando por el suelo del balcón,
todas sus hojas se cayeron y parte del tronco se daño al rozarse con los
barrotes del balcón. Quedo muy, pero que muy desmejorado. Cuando comenzó la
primavera, lo mire a los ojos y vi un claro deseo de volver a florecer esta
primavera… Hoy ya comienza a ser lo que fue. Hete aquí las nuevas hojas de este
gran luchador, superlimon o ironlimon o batlimon… que se yo, pero ya tiene otra
cara el pobre…
Otro de los logros de este año son las lechugas. Son tres
rollizas lechugonas nacidas de la famosa lechuga árbol, creo que única en el mundo.
Estas no parecen trepadoras y a buen seguro que nos proporcionaran unas
sabrosas ensaladas que en unos meses aderezaremos con los tomates que brotaran
de los nuevos plantones… se me hace la boca agua…