Hasta ahora os tenía una de mis criaturas escondida… El
limonero. El pobre ha pasado un duro invierno. Le ha tocado vivir la mudanza de
piso y de estar en un balcón resguardado con un medio techo y un murete a media
altura, paso, sin comerlo ni beberlo, a estar expuesto al 100% en lo más crudo
del invierno de nuestra ciudad.
Otro de los logros de este año son las lechugas. Son tres
rollizas lechugonas nacidas de la famosa lechuga árbol, creo que única en el mundo.
Estas no parecen trepadoras y a buen seguro que nos proporcionaran unas
sabrosas ensaladas que en unos meses aderezaremos con los tomates que brotaran
de los nuevos plantones… se me hace la boca agua…
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